Colección Austral 75, Espasa-Calpe, 1971. Rústica con sobrecubierta. Buen estado.
A diferencia de su admirado Garcilaso, Luis de Góngora no fue siempre un poeta indiscutible: la difusión de sus Soledades provocó una de las mayores controversias de nuestras letras, y sólo a partir de 1927, tras más de dos centurias de incomprensión y arrumbamiento, alcanzó a ostentar un lugar preeminente en el canon literario español. Dotado de una portentosa imaginación visual (y gramatical), rico en géneros y formas, igualmente feliz en lo popular y lo elevado, Góngora transformó la lengua poética de su tiempo elevando sus posibilidades expresivas hasta cumbres insospechadas.
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